En el penúltimo suspiro del partido el Zaragoza se llevó ayer de Mendizorroza el Trofeo del Día del Blusa y de la Neska con un tanto de Braulio. Pero más allá de un resultado sin trascendencia a estas alturas, el Alavés dejó sobre el césped la imagen de equipo disciplinado y aguerrido que pretende implantar esta campaña. Para observar dinamismo y velocidad habrá que esperar aún varias semanas, pero el boceto albiazul apunta al menos hacia un bloque con pocas fisuras y que durante muchos minutos tuteó a un Zaragoza de Primera División a base de sacrificio y colocación.
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